La agricultura de conservación y la agricultura de carbono son enfoques de la gestión agrícola que buscan mejorar la sustentabilidad y la eficiencia de los recursos naturales, particularmente el suelo y el agua, además de contribuir a la mitigación del cambio climático.
Agricultura de Conservación
La agricultura de conservación se centra en tres principios fundamentales:
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Perturbación Mínima del Suelo:
- Se reduce o elimina el laboreo convencional para disminuir la erosión y la pérdida de suelo. Esto puede incluir prácticas de siembra directa o labranza mínima.
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Cobertura Permanente del Suelo:
- Utilizando residuos de cultivos o coberturas vegetales, se protege el suelo de la erosión y se conserva la humedad.
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Rotación de Cultivos:
- Alternar diferentes tipos de cultivos mejora la biodiversidad, interrumpe los ciclos de plagas y enfermedades y optimiza los nutrientes del suelo.
Este enfoque no solo busca aumentar la productividad agrícola, sino también proteger y mejorar el recurso más valioso para la agricultura: el suelo.
Agricultura de Carbono
La agricultura de carbono, por otro lado, se refiere a prácticas agrícolas destinadas a mejorar la captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) en el suelo. Esto se conoce como secuestro de carbono y es una herramienta clave para reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera, un gas de efecto invernadero significativo. Las prácticas de la agricultura de carbono pueden incluir:
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Manejo de Residuos Agrícolas:
- Dejar residuos de cultivos en el campo después de la cosecha para que se descompongan y se conviertan en materia orgánica del suelo.
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Uso de Cultivos de Cobertura:
- Plantar cultivos que no se cosechan pero que enriquecen el carbono orgánico del suelo.
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Agroforestería:
- Integrar árboles en los sistemas agrícolas para aumentar la biomasa aérea y subterránea que captura carbono.
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Pastoreo Rotacional:
- Manejar el ganado para que paste en diferentes áreas, permitiendo que la vegetación se recupere y capturando más carbono en el suelo.
Ambos enfoques, la agricultura de conservación y la agricultura de carbono, están interrelacionados y son complementarios. Ambos buscan crear sistemas agrícolas más resilientes, mejorar la calidad del suelo y contribuir a la lucha contra el cambio climático. Estas prácticas no solo son beneficiosas para el medio ambiente sino que también pueden mejorar la rentabilidad a largo plazo de las granjas al reducir costos y mejorar la salud del suelo.
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